20 marzo, 2012

Será


Será que existe un límite y llegas a un punto donde ya no puedes amar más a alguien? Será que te di tantas cosas (y tu sabes que tanto) que ya ni te sorprende? No quiero ni pensar pero la monotonía y la rutina me acomplejan y me dan malos consejos sobre tí, me hago la sorda pero sigo escuchando.
Yo se que dudar del amor es pecado, que cuando amas a una persona ya no debe haber marcha atrás, pero tu falta de expresión me aterra, no me deja dormir, me asfixia.
Pienso y al día siguiente estoy en tus brazos muriendo de amor, luego parece que ya no existo para tí, me enredo y sigo sin entender.
Amor, que bien respondes a ese nombre, he dejado de hacer tantas cosas por tí, he hecho tanto que creo haber llegado al límite inimaginable de ya no poder hacer más, lo di todo. Que nos pasa? maldita sea, no pido regresar el tiempo porque estoy convencida que el futuro será mucho mejor y a tu lado si lo quieres.
Si te atreves y lo dejas todo yo lo hago sin pensar, dispuesta a convertirme en tu esclava para amarte sin final. Si tu me dices que sí, te juro que desaparezco al mundo para que tú seas mi mundo, no sabes lo que haría.
No te lo digo a menudo porque el estúpido orgullo me dice que a un hombre jamás se le debe decir tantas cosas bonitas pues llegan a creer que te tienen a sus pies y pierden el interés en conquistarte y ya sabes que mi feminismo empedernido tampoco me deja.
No te sorprendas, hay cosas que salen sin pensar, sin planificar y funcionan si sólo te dejas llevar. Si me dices que ya no tienes miedo, que quieres ser mi por siempre.
Ay Dios! que nos fugamos por la puerta trasera de la razón sin pedir permiso y en puntitas para que nadie nos escuche, como dos niños, como lo que somos al final y es que me olvido de todo cuando veo esa sonrisita escapando de tu alma de niño.
Estoy dispuesta a no mirar a nadie mas que no seas tú, tú mi sol, mi perdición total y locura. Pero y si no? me marcho lejos y no vuelvo mas, aunque se que al final tu regresas a mi como yo vuelvo a ti, somos inevitables, estamos hechos, somos aire, fuego cuando tú lo quieres. Y te lo repito en voz bajita y al oído: No dudes del amor que es pecado.

Por siempre.
Porque algún día lo juramos,